La necesidad de relacionarse en la Pirámide de Maslow

Tras haber saciado las necesidades físicas – fisiológicas y de seguridad -vamos a buscar saciar el siguiente nivel, empezando con las psicológicas. El primer nivel es la necesidad de amor y relaciones.

Empecemos con un par de definiciones. Amistad es, por definición, la emoción o el hecho de ser amigos, una relación de amigos; esta definición nos deja igual que estábamos.

Fuera del diccionario definimos la amistad como la habilidad de comunicarse con el otro sin palabras, el estar a gusto en su compañía, en silencio o ser capaz de hablar durante horas y que parezca un segundo.

El aceptar a alguien al 100% es no sentir la necesidad de cambiarle, sin pensar como podríamos mejorarle desde nuestro punto de vista. Cada uno de nosotros somos únicos y no deberíamos dejar de serlo para entrar en las categorías de la sociedad. Por desgracia, como humanos, necesitamos ser aceptados por otros. Somos gregarios, necesitamos ser aceptados por la manada, casi nadie quiere ser un lobo solitario.

La confianza es, por definición, la esperanza firme que una persona tiene en que algo suceda, sea o funcione de una forma determinada, o en otra persona actúe como ella desea. Cuando usas un puente confias en que va a soportar tu peso, incluso si no lo haces de manera consciente. Tener confianza en alguien es saber que van a tener tus intereses en mente, y van a estar contigo para lo bueno y lo malo.

El amor, es por definición, un sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno. El amor es algo que al ser humano le obsesiona, peleamos, nos arreglamos y desarreglamos por su culpa.

Las personas que pertenecen a una manada son más susceptibles a adoptar los hábitos en ella y menos susceptibles a adoptar los hábitos externos. Vamos a ver un ejemplo de esto, entre 1978 y 1981, algunos investigadores trabajando para la Universidad Simon Fraser llevaron a caboel experimento “Parque de las Ratas”. En el Parque de las Ratas se vio como las ratas que formaban parte de una colonia resistían mejor la tentación del agua drogada, prefiriendo agua limpia. Sin embargo, las ratas que estaban aisladas recurrían al agua drogada.

Podemos hablar de muchos ejemplos de como los humanos somos gregarios como otros animales y de como eso nos afecta en nuestro día a día. Pero si las ratas, siendo tan inteligentes como son necesitan a la colonia, nosotros también.