La hipertensión arterial (HTA) o tener la tensión alta es una enfermedad crónica que se presenta cuando la tensión arterial supera los 130 mmHg para la sistólica y los 80 mmHg para la diastólica. Sin embargo, las sesiones científicas AHA 17 establecen 4 rangos para la clasificación:
- Tensión arterial (TA) normal: < 120/< 80 mmHg.
- Tensión arterial elevada TAS > 120-129 mmHg y TAD < 80 mmHg.
- Hipertensión estadio 1: TAS 130-139 mmHg o TAD 80-89 mmHg.
- Hipertensión estadio 2: TAS > 140 mmHg o TAD > 90 mmHg.
Según estos rangos, nuestro objetivo es encontrarnos por debajo de 120/80 mmHg, sobre todo si contamos con otros factores de riesgo cardiovascular como hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, diabetes, exceso de peso y/o perímetro abdominal elevado.
¿Cuáles son los síntomas de la hipertensión arterial?
La mayoría de las personas que sufren hipertensión no padecen síntomas o si los padecen los atribuyen a otras causas, por lo que, la mejor manera de diagnosticarla es medirla. De todas maneras, aquí están los síntomas cuando la tensión se encuentra a mínimo 180/120 mmHg:
- Dolor intenso de cabeza
- Dolor intenso en el pecho
- Mareos
- Dificultad para respirar
- Náuseas
- Vómitos
- Visión borrosa o cambios en la visión
- Ansiedad
- Confusión
- Pitidos en los oídos
- Hemorragia nasal
- Cambios en el ritmo cardiaco

Y el riesgo de hipertensión aumenta cuando tenemos:
- Exceso de peso (sobrepeso u obesidad)
- Edad avanzada
- Predisposición genética
- Falta de actividad física
- Consumo excesivo de sal
- Consumo de alcohol
Si presentas estos síntomas y/o factores de riesgo, acude a un profesional de la salud para que te tome la tensión arterial o usa un aparato automático tras leer detenidamente las instrucciones.
Soy hipertenso,
¿cómo afecta eso a mi salud?
La presión arterial es la fuerza que realiza nuestra sangre contra los vasos sanguíneos. Cuando tenemos la presión arterial correcta, todo funciona sin problema alguno, pero cuando tenemos la presión arterial elevada es como si intentáramos meternos en un vagón donde no cabe una pulga o si intentáramos hinchar un globo más allá de su límite.

Para continuar con un ejemplo gráfico continuemos con el globo. Cuando hincho el globo más allá de lo normal suceden dos cosas, la primera es que tengo que hacer más fuerza para introducir la misma cantidad de aire y la segunda es que la pared del globo se hace más fina y débil.
Traduciéndolo a nuestros vasos sanguíneos, intento introducir más sangre de lo que es normal, mi corazón necesita hacer más fuerza para poder hacer su trabajo. Este exceso de fuerza crea un aumento de tamaño del músculo (hipertrofia ventricular) y eso con el tiempo se puede convertir en un ataque cardíaco.
Por el otro lado, las paredes del globo, nuestros vasos sanguíneos se hacen más finas y débiles, pero al mismo tiempo menos flexibles. Esa falta de flexibilidad facilita la creación de placas de ateroma, facilitando, a su vez, la creación de trombos.
Tratamiento
Muy bien Ángela, ahora sé que tengo hipertensión arterial o tengo mucho riesgo de desarrollarla, pero ¿qué hago?
Lo primero es hacerse a la idea de que cualquier cambio que realicemos es para toda la vida y no solo un par de días o una semana.
Tras tener eso claro, el tratamiento es evitar y reducir los hábitos causantes de la enfermedad. Para reducir el riesgo de padecer hipertensión arterial o reducir su grado debemos de eliminar o reducir al máximo nuestro consumo de sal, realizar actividad física cardiosaludable de manera diaria, no consumir alcohol y bajar de peso si es necesario.
El consumo excesivo de sal se considera el más importante de los anteriores, ya que se ha observado que aumenta la presión arterial de manera directa.
Bibliografía:
- Revista Española de Cardiología. https://secardiologia.es/blog/rec/9052-guias-de-hipertension-aha-acc-2017-donde-estan-los-limites
- Organización Mundial de la Salud: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/hypertension
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